Implantología

Es la disciplina de la odontogía donde se  sigue un protocolo clínico y radiográfico  para realizar un diagnóstico y así poder colocar los implantes en el reborde residual maxilar o mandibular mediante cirugía.

Dentro de la implantología también existe una parte protésico donde después de la osteointegración del  o los implantes se diseña la prótesis  adecuada.

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Los implantes dentales no se distinguen de los dientes propios

Utilizados con éxito durante más de 30 años, los implantes dentales son actualmente la forma más estética, cómoda y mecánicamente aceptable para reemplazar la pérdida o pérdidas dentales. No se distinguen estéticamente de un diente nativo, son fijos y por lo tanto son socialmente más aceptables que los aparatos removibles, no requieren la ayuda de dientes adyacentes para la restauración de un diente. Finalmente, la sensación de masticación recuerda a los dientes nativos porque hay un soporte óseo.

La consulta implantológica es realizada por un dentista que ha adquirido los conocimientos necesarios en implantología (todos los odontólogos no practican esta disciplina). El examen clínico se complementa con un examen radiológico convencional. Los datos recogidos nos permiten validar la viabilidad del proyecto protésico de acuerdo con el volumen óseo disponible. Si el volumen óseo es insuficiente, debe incrementarse mediante técnicas de injerto óseo realizadas antes o durante la colocación del implante.

Las prótesis son más cómodas y discretas que las prótesis removibles, conservan el hueso de la mandíbula y mantienen sanos los dientes existentes.

La fabricación de un implante dental requiere el uso de biomateriales. Los fabricantes prefieren la circonia y el titanio. Estos dos materiales tienen prácticamente las mismas características: alta resistencia y perfecta biocompatibilidad con el sistema óseo.

La circonia a menudo se prefiere por razones estéticas. De color blanco, se funde bien con la encía y evita la aparición de residuos grises, a veces marcados con titanio. Sin embargo, es dos veces más caro que este último. La cerámica tiene la ventaja de tener una elasticidad muy próxima a la del hueso.